miércoles

PEDRO LAVIRGEN


Tenor
Bujalance (Córdoba), 1 de agosto de 1930

Muchas veces se ha dicho que para una voluntad firme no existen los obstáculos. En la mayoría de los casos encierra una gran verdad. Para demostrarlo está la personalidad de este admirable tenor, que logró superar un gran problema físico desde su niñez. Gracias a su esfuerzo y estudio, logró salir del anonimato del coro para convertirse en un cantante por todos aplaudido.

Pedro Lavirgen nació en Bujalance (Córdoba) el 1 de agosto de 1930. Su disposición musical se manifestó desde la niñez porque canturreaba cualquier música que escuchase. Cursó la instrucción primaria y finalizada la Guerra Civil, al regresar con su familia al lugar de origen, del que se habían visto desplazados durante la contienda, sufrió una caída del camión que los conducía. La lesión le afectó a una de sus piernas. Por falta de tratamiento adecuado la esperada mejoría no se produjo. Lo recibió después, en la clínica de los Hermanos de San Juan de Dios, en Córdoba, y durante los tres años que permaneció allí formó parte del coro, en el que llegó a solista. Puede decirse que desde ese momento manifestó su decidida vocación por el canto.

Con el título de maestro nacional, profesión que habría de ejercer durante seis años, marchó a Madrid para ocupar plaza como interino. Mientras daba clases a los alumnos se examinó para ingresar en el Coro de Cámara de Radio Nacional de España. En él se encontraban figuras, luego famosas, como Inés Rivadeneyra, Isabel Penagos y Teresa Berganza. Durante algún tiempo tuvo que alternar la docencia con el canto. Abandonó la escuela y se hizo corista en el Teatro de La Zarzuela. A la vez, estudiaba música en el Conservatorio y arte escénico en la Escuela Superior de Arte dramático. Tuvo entonces la suerte de conocer a Miguel Barrosa, maestro de canto, que antes había sido tenor muy apreciado en Italia durante veinte años, y este fue quien formó a Lavirgen como cantante, facilitándole el triunfo definitivo en la ópera. Tras permanecer en el coro tres años, consiguió presentarse como primer tenor. Fue el 12 de julio de 1959, y por un accidente fortuito, cuando la Compañía del Teatro de La Zarzuela se encontró de pronto sin tenor para cantar MARINA en el Teatro Fleta de Zaragoza. Pedro Lavirgen salió de las filas del coro, comprometiéndose a interpretar la difícil y primordial parte del tenor. Seguidamente cantó diversas zarzuelas hasta que en 1964 José Tamayo le contrató para la denominada “Compañía Lírica Amadeo Vives” en calidad de primer tenor.

En 1964 se trasladó a Milán para estudiar a fondo el repertorio operístico, en el que hizo su entrada interpretando AIDA en el Teatro Bellas Artes de México. En 1965 canta TURANDOT en el mismo teatro, con Birgit Nilsson y Montserrat Caballé. El 12 de diciembre de 1964 se produce su debut en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona con CARMEN, ópera que pocos han podido superarla desde los tiempos de Fleta, por su dramatismo y pasión. A partir de ese día actuó en tan prestigioso escenario durante diecinueve temporadas consecutivas, record no igualado por cantante alguno. Y, por fin, el 5 de febrero de 1976 se presentó en la Scala cantando AIDA con Montserrat Caballé y Piero Cappuccilli como importantes compañeros de reparto. Las esperanzas del antiguo corista se cumplieron. Los triunfos se fueron multiplicando: PAGLIACCI en la Staatsoper de Viena, donde actuará durante doce temporadas consecutivas; TOSCA en el Metropolitan de Nueva York, la misma temporada en la que también lo hicieron Jaime Aragall y Plácido Domingo; I VESPRI SICILIANI en el Colón de Buenos Aires y TURANDOT en la Scala de Milán. En los años siguientes las Termas de Caracala en Roma, la Arena de Verona, San Francisco, Munich, Berlín y muchos más teatros que haría esta relación interminable. Las óperas que principalmente compusieron su repertorio fueron: CARMEN, AIDA, TURANDOT, LA FORZA DEL DESTINO, PAGLIACCI, CAVALLERIA RUSTICANA, LUCÍA DE LAMMERMOOR, IL TROVATORE y OTELLO.

El 19 de mayo de 1991, en una de sus últimas apariciones, tomó parte en la Gala de Inauguración del Teatro de la Maestranza de Sevilla, en un concierto en el que actuaron casi todos los cantantes españoles de rango internacional.

Ha recibido a lo largo de su brillante carrera innumerables galardones entre los que se cuentan los Premios Nacionales de Teatro de 1963 y 1972; la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1967; la Medalla de Oro del Círculo de la Opera de Mexico en 1965; la Medalla de Oro del Gran Teatro del Liceo de Barcelona en 1969; el Verdi de Oro de Palma en 1973 y el Premio internacional Jussi Bjoerling de Módena en 1977. Posteriormente, desde 1978, simultaneó sus actuaciones con la cátedra de canto del Real Conservatorio de Madrid, hasta julio de 1995.

Para quienes deseen recordar su arte, diremos que pueden revivirlo escuchando sus grabaciones de zarzuelas, óperas y canciones populares, porque Pedro Lavirgen, siempre fiel a lo que los autores escribieron, sin usar recursos fáciles en busca de lucimiento, fue siempre exigente consigo mismo y dio, sin limitaciones, todo cuanto tiene en cada interpretación. Por eso sus generosidad vocal, sus apasionados acentos, han producido siempre encendidas ovaciones.

Zarzuelas completas:

Doña Francisquita (Cofrade). Ed.: Montilla (1958)
El húsar de la guardia, La linda tapada. Ed.: Columbia (1959)
Luisa Fernanda, Los gavilanes, Doña Francisquita, La eterna canción, La Dolorosa, Bohemios. Ed.: Hispavox (1960-1967)
Me llaman la presumida (1972), Maruxa (1974). Ed.: Columbia

Fragmentos y selecciones:

"Romanzas de zarzuela”: El último romántico, La alegría de la huerta, El carro del sol, El huésped del sevillano, Black el payaso, La Dolores, Doña Francisquita, La bruja, Los de Aragón, La tabernera del puerto, Cádiz. Ed.: Hispavox (1967)
“Antología viva de la zarzuela”: Alma de Dios (1979). Grabación realizada en la Plaza de Toros Monumental, de Madrid, y distribuida en exclusiva por “El Corte Inglés”.
“Nueva Antología de la Zarzuela”: La tabernera del puerto, La bruja, La Dolores. Ed.: Victoria (1983). En directo desde el Teatro Monumental de Madrid.

PAXARIN (LA PICARA MOLINERA)



NO PUEDE SER (LA TABERNERA DEL PUERTO)



EL DÚO DE LA AFRICANA, CON JOSEFINA MENESES



JOTAS DE "LA BRUJA" Y "LA DOLORES"

sábado

RICARDO JIMENEZ


Tenor nacido en Pontevedra el 29 de octubre de 1937. A los tres años se trasladó a Madrid para iniciar sus estudios en las Escuelas Pías de la capital, ingresando al mismo tiempo en el coro de dicho colegio. Sus estudios de solfeo comenzaron a los 12 años en el Real Conservatorio de Música y Declamación, y a los 17 empezó a estudiar canto con Carlota Dahmen, hasta los 23 años. Un poco desilusionado por la poca atención que aquí encontraba decidió abandonar sus estudios y marchar a Alemania, donde efectuó varios recitales con extraordinario éxito de prensa y público. A su vuelta reemprendió los estudios musicales con Marimí del Pozo, y fue entonces cuando surgió la oportunidad. En 1972 se dio a conocer en toda España a través de la pequeña pantalla, en el programa-concurso “La gran ocasión”, en el cual, y tras reñida competición con grandes cantantes, resultó vencedor absoluto. Inmediatamente Juan José Seoane, director de la Compañía Lírica Isaac Albéniz le contrató como solista; debutó sobre un escenario en Puertollano, en 1973, como “Jorge” en MARINA. Ese mismo año afrontó por vez primera un papel operístico: el “Duque de Mantua” en RIGOLETTO.

Los éxitos de los primeros años, en la mayoría de teatros españoles, hacen que sea reclamado por el madrileño Teatro de La Zarzuela para debutar en 1978 con DOÑA FRANCISQUITA. Con posterioridad cantó en múltiples producciones de ese teatro en calidad de primer tenor: JUGAR CON FUEGO, LA BRUJA, EL HUÉSPED DEL SEVILLANO, LA LEYENDA DEL BESO, LA MEIGA o EL BARBERILLO DE LAVAPIÉS. En 1981 participó en el estreno absoluto de FUENTEOVEJUNA, de Manuel Moreno Buendía, en el mismo escenario.

El “Caballero Des Grieux” de MANON, de Massenet, fue el personaje que encarnó en su presentación italiana en la temporada 1980-81 del Teatro Regio de Parma. En 1982 José Tamayo lo llamó para formar parte de su ANTOLOGÍA DE LA ZARZUELA, con la que debutó en el Teatro Monumental de Madrid, interviniendo con esta misma compañía en diversos teatros americanos de Cuba, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Santo Domingo y Colombia. Posteriormente en 1983, debutó con este espectáculo en el Châtelet de París. Ese mismo año hace su debut en Wiesbaden, Colonia y Frankfurt, con LUCIA DI LAMMERMOOR, LA TRAVIATA y RIGOLETTO.

Ha intervenido en múltiples festivales operísticos a lo largo de todo el territorio nacional, entre los que destacan el Teatro Campoamor de Oviedo con LUCIA DI LAMMERMOOR y RIGOLETTO, y en la Plaza Porticada de Santander en 1981 con RIGOLETTO. Ha cantado también obras como MADAMA BUTTERFLY, MACBETH y el MISERERE, de Hilarión Eslava, en Sevilla y Cádiz en 1984.

Grabaciones de zarzuela:

“El triunfador del concurso de TVE”: La pícara molinera, El trust de los tenorios, La meiga, Valencia (La bien amada). Ed.: Philips (1972).

“Diez joyas de la zarzuela”: La Dolorosa, El huésped del sevillano (Canción y romanza), Los de Aragón, El último romántico, Doña Francisquita, El caserío, La alegría del batallón, Alma de Dios, Luisa Fernanda. Ed.: Philips (1974).

“Grandes romanzas de zarzuela”: La picarona, El trust de los tenorios, El último romántico, Marina (Brindis y Dúo 1er. acto, con Antonio Lagar), El milagro de la Virgen, Doña Francisquita, El huésped del sevillano, La villana, La pícara molinera. Ed.: Dial-Diapasón (1981).

“Antología de la Zarzuela”. Grabación en directo desde el Teatro Monumental de Madrid. Ed.: Victoria (1983).

DUO DE "LA TABERNERA DEL PUERTO"




JOTA DE "EL TRUST DE LOS TENORIOS




ROMANZA "ADIOS GRANADA" DE "LOS EMIGRANTES




"ROMANZA DE DUPONT" DE "BLACK EL PAYASO"




ROMANZA DE LEANDRO DE "LA TABERNERA DEL PUERTO"


PLACIDO DOMINGO


En la historia de la lírica siempre hubo cantantes españoles de altísima calidad que están en la memoria de todos. Refiriéndonos sólo a los tenores, ¿cuándo han coincidido en el tiempo cinco verdaderamente eminentes, acaparadores de las carteleras en los principales teatros de ópera? ¡Nunca!

Una de esas relevantes figuras es la de Plácido Domingo, admirable cantante de poderoso aliento, temperamento apasionado, timbre subyugante, sonido bellísimo, pureza de tono y fraseo atractivo; voz importante, en suma, de acentos heroicos y fuego dramático cuando el personaje lo exige, y acariciadora y dulce si en otro momento lo requiere. Este singular tenor, al igual que les sucedía a los antiguos, canta todo y lo canta bien, por su gran preparación musical y su acertado concepto de la declamación lírica. Es un “spinto” de amplias facultades porque puede ir del “sí” natural y alcanzar, sin esfuerzo el “fa” sobreagudo con pureza cristalina, como hacía Hipólito Lázaro.

Plácido Domingo Embil, hijo de Pepita Embil y Plácido Domingo, célebres cantantes de zarzuela, nació en Madrid el 21 de enero de 1941. Marchó a los pocos años a Hispanoamérica donde sus padres iban a realizar una gira por aquellas tierras con la Compañía de Moreno Torroba. Finalizada ésta, decidieron permanecer en México encabezando una Compañía Lírica y en esta ciudad se hizo el futuro tenor. No necesitó esforzarse mucho porque todo fue llegando de manera natural. Asistía a las funciones en las que actuaban sus padres, y el mundo de la música, hacia la que mostraba clara disposición, se le fue haciendo familiar. Valga como muestra que una noche salió del teatro tarareando el intermedio de EL CASERÍO que acababa de escuchar. Tenía sólo cinco años.

Al tiempo que cursaba los estudios primarios comenzó a estudiar solfeo con el maestro Manuel Barajas y subió por primera vez al escenario para interpretar los papeles de niño en algunas obras. Ya siendo mocito, aunque la voz no estaba formada, comenzó a cantar zarzuelas como barítono. En los años siguientes su temperamento inconstante le llevó de una a otra actividad. Fue jugador de fútbol, quiso ser torero, intervino en comedias musicales como MY FAIR LADY, acompañaba a cantantes en las “boites” y hasta recibió ofertas para hacer cine. Por entonces, un amigo le sugirió que probase suerte en la ópera. Aunque Plácido pensó que no tenía voz para ello, aprendió varias arias y dio una audición en la Academia de la Opera de México. Gustó, pero el profesor le dijo que no era barítono sino tenor. Animado comenzó a estudiar en esta cuerda, además de piano, armonía y dirección de orquesta con Igor Markevitch. Tenía que dominar la voz y la forma de utilizarla. Cantaba bien, pero fallaba en el registro agudo. Tuvo que ir construyendo su instrumento vocal día a día y al fin lo logró.

Su debut como tenor tuvo lugar en 1958 en Veracruz con el papel de “Javier” en LUISA FERNANDA. Contrajo matrimonio con una estudiante del Conservatorio a la edad de dieciséis años, unión de la que nació su primer hijo. Con menos de un año de convivencia conyugal, la pareja decide separarse, divorciándose dos meses después.

Durante los años 1959, 60 y 61 hizo multitud de comprimarios sin salir de México. Fue “Borsa” en RIGOLETTO, el “Emperador” en TURANDOT, “Arturo” en LUCIA DI LAMMERMOOR, “Gastone” en LA TRAVIATA, el “Remendao” en CARMEN, “Casio” en OTELLO, el “Abate” en ANDREA CHENIER, “Spoletta” en TOSCA, “Goro” en MADAMA BUTTERFLY y muchos más. En total hizo cerca de sesenta partes de tenor secundario, y tuvo la oportunidad de cantar al lado de artistas de la fama de Cornell MacNeil, Giuseppe di Stefano y Manuel Ausensi. Su primer papel de protagonista fue el “Alfredo” de LA TRAVIATA que cantó en Monterrey.

En esta situación se hallaba cuando le dijeron que en el Teatro de la Opera de Tel-Aviv necesitaban un tenor, una soprano y un barítono. Habló de ello a Marta Ornella, que ya era su mujer desde el 1 de agosto de 1962, y juntos marcharon a Israel. Fue el 21 de diciembre de 1962. El contrato era por seis meses y permanecieron dos años y medio. En ése tiempo Plácido Domingo cantó 280 funciones y Marta 150 hasta que ésta sacrificó su carrera a favor de la de su marido. Tel-Aviv significó el más duro y fructífero de los aprendizajes sin dejar de estudiar. Cantó un extenso repertorio que después habría de prodigar por el mundo. De ahí arranca el Plácido Domingo que todos admiramos.

En 1967 se presentó en el Metropolitan como “Mauricio” en ADRIANA LECOUVREUR. Desde entonces no ha dejado de aparecer, temporada tras temporada, en el gran coliseo neoyorquino, cuya temporada de ópera ha inaugurado en numerosas ocasiones.

La presencia de sus padres en Barcelona, en el escenario del Gran Teatro del Liceo, la noche del 11 de enero de 1975, fue motivo de un sentido homenaje filial que les tributó el tenor dirigiendo desde el podio la zarzuela de Amadeo vives DOÑA FRANCISQUITA, en la que ambos cantantes actuaron junto a Angeles Chamorro,, Evelio Esteve y Conchita Panadés, en una velada que pasó a los anales zarzuelísticos del coliseo barcelonés.

Operas claves y muy importantes en su carrera son: DON RODRIGO en el Nueva York City Opera (22 de febrero de 1966) que le abrió todos los teatros de los Estados Unidos; AIDA en Hamburgo; DON CARLO en Viena; UN BALLO IN MASCHERA en Berlín, ópera que tuvo que aprender en tres días; ADRIANA LECOUVREUR en el Metropolitan, para sustituir en tres cuartos de hora a Franco Corelli; TURANDOT en la Arena de Verona, con Birgit Nilsson; HERNANI en la Scala, abriendo la temporada; LA GIOCONDA en La Zarzuela de Madrid; MANON LESCAUT en el Liceo; LA FORZA DEL DESTINO en el Colón de Buenos Aires; IL TROVATORE en la Opera de París; TOSCA en el Bolshoi de Moscú y PARSIFAL en Bayreut. Desde entonces ha recorrido varias veces estos teatros en distintas temporadas; se ha puesto al frente de las orquestas en muchas ocasiones; ha grabado infinidad de discos de índole diversa y sigue en primera línea sin ceder un punto. Impresiona a los auditorios por el realismo de sus interpretaciones y el color y la belleza de su voz. Tras más de treinta años de carrera pocos o ninguno puede igualarle. Es tan grande su prestigio, tan extraordinario su arte que Zeffirelli dijo de él: "Plácido es un equilibrado artista dramático que canta". Y el propio tenor ha tenido por lema a lo largo de su vida la palabra vasca “aurrerá” que quiere decir ¡adelante!.

1991 es una fecha muy significativa en su carrera, al cantar por primera vez PARSIFAL, en La Scala y bajo la dirección de Riccardo Mutti. Igualmente es destacable su primer “Siegmund” en DIE WALKÜRE en la Opera de Viena en 1992, y su debut en Bayreuth, que tuvo lugar con PARSIFAL en julio de 1993. Plácido Domingo, después de agotar el repertorio italiano y francés, ha incorporado varios papeles wagnerianos, con lo que se consagra como uno de los escasísimos cantantes latinos que ha triunfado en dichos roles cantados en alemán.

En el año 2000 tomó posesión de la dirección artística de la Opera de Los Angeles. Gran embajador de la música española en todo el mundo, Domingo ha empuñado recientemente la batuta para dirigir el primer disco de zarzuela del mexicano Rolando Villazón.


ROMANZA DE JAVIER (LUISA FERNANDA)



NO PUEDE SER (LA TABERNERA DEL PUERTO)



CANTO A LA ESPADA (EL HUESPED DEL SEVILLANO)

miércoles

ALFREDO KRAUS


Las Palmas de Gran Canaria, 24 de noviembre de 1927
Boadilla del Monte (Madrid), 10 de septiembre de 1999
Alfredo Kraus dijo: “La voz es el instrumento más difícil que existe, porque ni la oyes, ni la tocas, ni la ves”. Nada más cierto. Ese instrumento natural hay quien lo toca bien y quien lo toca mal. Todo depende de la perfección con que lo maneje, de la técnica adecuada y del sentimiento que ponga en la ejecución. Si suena sin calidad, no es culpa del órgano sino del que lo utiliza. Voces poderosas han sido un fracaso, y voces pequeñas han deleitado a miles de espectadores durante años. La voz de Alfredo Kraus iba del “do” grave al “mi” sobreagudo, de gratísimo timbre y volumen suficiente. Sin su indudable talento no hubiera sacado de ella el enorme partido con el que nos ha admirado a lo largo de su dilatada carrera.
Alfredo Kraus Trujillo nació en Las Palmas de Gran Canaria el 24 de noviembre de 1927. Vio la luz en la Casa de Colón del barrio de Vegueta porque allí estaban las instalaciones del diario “Las Provincias” que dirigía su padre. Don Otto Kraus era un austriaco asentado en Canarias desde el año 1914. Después contrajo matrimonio con la canaria Josefa Trujillo y se nacionalizó español. Ambos tenían bonitas voces y en reuniones familiares, con los amigos de la casa, solían cantar. Las veladas privadas en las casas de las grandes familias de Las Palmas, sirvieron de plataforma para que el joven Alfredo también lo hiciera tempranamente y se matriculara en el coro del colegio Corazón de María de Las Palmas. Puede decirse que allí nació su inclinación por la música. Más tarde se incorporó a otra coral: la de la Sociedad Filarmónica, en la que figuró como segundo tenor solista. Apareció por primera vez en escena como uno de los peregrinos de TANNHÄUSER. Al tiempo que participaba en conciertos y funciones benéficas cursó el bachillerato y terminó la carrera de Perito Industrial. Todos cuantos le escuchaban alababan su voz y acabaron convenciéndole para que se dedicara seriamente a la ópera.
En 1949 marchó durante unos meses a estudiar canto en Barcelona. Continuó sus clases en Valencia, mientras hacía la Milicia Universitaria. En 1955 se trasladó a Milán para perfeccionar los conocimientos adquiridos. Provindencial sería la forma en que conoció la misma semana de su llegada a Milán a María Llopart, hermana de la reputada maestra catalana Mercedes Llopart, lo que inmediatamente determinaría su aceptación como alumno. Completada una formación canora de primer orden, que nunca dejó de estudiar y perfeccionar, participó en el Concurso Internacional de Canto de Ginebra. Él y Teresa Berganza ganaron las Medallas de Plata. Este éxito le valió su primer contrato para el Teatro de la Opera de El Cairo, interpretando RIGOLETTO y TOSCA. Y de ahí arranca su envidiable carrera y la conquista de teatro tras teatro en una constante superación. El 31 de mayo de 1956 debutó en La Fenice de Venecia en LA TRAVIATA, siendo la primera vez que cantaba el rol de “Alfredo”, pronto uno de sus personajes más representativos. Al restaurarse en 1956 el madrileño Teatro de La Zarzuela, cantó en él DOÑA FRANCISQUITA, la única zarzuela que ha representado en un escenario, a pesar de haber grabado varias.
El 28 de marzo de 1958 le llegó la gran oportunidad. Para sustituir al tenor anunciado cantó LA TRAVIATA en el Teatro San Carlos de Lisboa al lado de la mítica María Callas. El éxito alcanzado fue importante y antes de acabar el año lo repitió en el Liceo de Barcelona con RIGOLETTO. Desde entonces usó mucho tacto, mucho conocimiento, y se impuso la ardua tarea de perfeccionar su órgano vocal. Consiguió de él que respondiera a cuanto le solicitaba. Fue su dueño absoluto, no su esclavo.
En 1959 interpretó LUCÍA DI LAMMERMOOR en el Covent Garden de Londres junto a Joan Sutherland. El 26 de febrero de 1960 fue su debut en La Scala de Milán con LA SONAMBULA, dirigida por Antonino Votto, con Renata Scotto. Cuando en 1965 da a conocer LA FAVORITA en este mismo teatro, su consagración sería ya plena.
En años sucesivos llegó a cantar hasta treinta y siete óperas. Fue el “Almaviva” de EL BARBERO DE SEVILLA, el “Octavio” de DON GIOVANNI, el “Pinkerton” de MADAMA BUTTERFLY y el “Rodolfo” de LA BOHÈME. Conforme iba dominando y puliendo su estilo, redujo el repertorio a quince óperas. Entre ellas se cuentan FAUSTO, ROMEO Y JULIETA, LUCIA DI LAMMERMOOR, LA TRAVIATA, LA FAVORITA, LOS CUENTOS DE HOFFMANN, RIGOLETTO, EL ELIXIR DE AMOR, MANÓN, LA FILLE DU RÉGIMENT, LOS PESCADORES DE PERLAS y, sobre todas WERTHER, en la que da la más completa muestra de su arte. Nadie afrontó el repertorio belcantista con más distinción que Alfredo Kraus.
De las actuaciones españolas merecen recordarse los sensacionales PESCADORES DE PERLAS del Coliseo Albia de Bilbao, en 1981, o la no menos notable HIJA DEL REGIMIENTO del Liceo de Barcelona, en 1984.
Alfredo Kraus también fue ganado por el cine sin que, como muchos artistas, se olvidase de esa responsabilidad insuperable que se llama escenario. Gracias al cine la voz de Alfredo Kraus pudo llegar a todos los públicos. La selecta minoría que le admiraba fue agrandándose y le convirtió en una figura auténticamente popular. Si antes esa minoría afirmaba que Kraus era el mejor tenor de España, a partir de la película GAYARRE (1958) la afirmación fue de todos los públicos. La segunda actuación de Alfredo Kraus ante las cámaras fue en EL VAGABUNDO Y LA ESTRELLA (1960).
Después de cuarenta años de actuaciones en los teatros más famosos del mundo, alcanzando triunfos resonantes, Kraus se convirtió en un tenor singular que pasará a la historia del “bel canto” como su mejor cultivador en la época presente. Por ello, el reconocimiento de sus méritos ha sido general. Es “doctor honoris causa” de varias Universidades; Medalla de Oro de la Royal Opera House; Miembro de Honor de la Staatsoper de Viena; Premio Príncipe de Asturias a las Bellas Artes; Medalla de la Gran Orden del Mérito Militar; varios centros y cátedras internacionales llevan su nombre y con frecuencia impartió lecciones magistrales en distintos lugares.
Amaba la ópera y defendió su pureza. Pero por encima de su forma de entender la música defendió su amor a la familia. Viudo desde hacía dos años, el gran tenor canario, honra de España, se fue de este mundo el 10 de septiembre de 1999. “El último romántico” descansa ya junto al amor de su vida.
Zarzuelas completas:
Doña Francisquita, La Generala, Eva. Ed.: Montilla (1958-1959)
La bruja. Ed.: Alhambra (1958)
La tempestad, Marina, La verbena de la Paloma, La Revoltosa, Doña Francisquita, El huésped del sevillano, Bohemios, La Dolorosa, Los de Aragón. Ed.: Carillón (1958-1980)
Katiuska, La tabernera del puerto, Black el payaso. Ed.: Hispavox (1958)
Doña Francisquita (1994), Marina (1999). Ed.: Auvidis
Fragmentos y selecciones:
“Canciones españolas”: La pícara molinera, La bien amada, Los gavilanes, La corte del amor, La alegría del batallón, El trust de los tenorios, Alma de Dios, Doña Francisquita. Ed.: Montilla (1958)
“Romanzas de zarzuela”: La tabernera del puerto, La isla de las perlas, Entre Sevilla y Triana, Black el payaso, Curro Vargas, El huésped del sevillano, El último romántico, Los de Aragón, La Dolorosa. Ed.: Hispavox (1958)
“A Granada”: Emigrantes. Ed.: Carillón (1960)
Canciones de siempre”: Clavellina, La tierra de Venus. Ed.: Carillón (1964)
“Romanzas de zarzuela”: El huésped del sevillano, El guitarrico, Los pícaros estudiantes, La picarona, El caserío, La pícara molinera, Luisa Fernanda, Miguelón, La villana, Sangre de reyes, El trust de los tenorios, La Dolores. Ed.: Carillón (1965)
“Romanzas”: Doña Francisquita, El milagro de la Virgen, La pícara molinera, El guitarrico, La Dolorosa, Los claveles, La alegría del batallón, La tabernera del puerto, El último romántico, Luisa Fernanda, El huésped del sevillano, La meiga, Alma de Dios, El caserío. Ed.: Zafiro-Serdisco (1991)
“Homenaje a Miguel Fleta”: Emigrantes, El trust de los tenorios, La Dolores. Ed.: RTVE-Música (2003)

EL ULTIMO ROMANTICO/"BELLA ENAMORADA"/SOUTULLO Y VERT



MARINA/"A BEBER, A BEBER Y A AHOGAR..."/EMILIO ARRIETA



DOÑA FRANCISQUITA/"POR EL HUMO SE SABE..."/AMADEO VIVES